Del templo del Rosario subimos el cerro San Basilio, al llegar a la cresta , una sólida y bonita construcción nos recibió, era la legendaria Contaduría de San Blas, que data de 1773. Altos y gruesos muros de piedra fueron levantados en la cima del fabuloso cerro San Basilio, fabuloso por su edificación y por las vistas que se dominan.
El interior es un tanto obscuro, pero cada ventana es un maravilloso cuadro que plasma en el primer plano elementos de la explanada vecina y en lontananza las llanuras salpicadas de palmeras y de mangle. Una ventana nos mostró el cerro el Vigía y otra un cañón y el asta con nuestra emblemática bandera ondeando. Las ventanas verticales mostraban un travesaño de palo fierro.
Al pasar el umbral de la explanada fuimos mágicamente capturados por diversos y bellos paisajes, conformados por el puerto, su templo, sus casas, sus esteros y al fondo su océano. La fachada Poniente muestra la piedra aparente, una ancha puerta con ventanas a los costados y una sencilla cornisa que rompe la altura de los muros y se suma como elemento enriquecedor. La explanada es delimitada por una barbacana, en la cual nos fuimos sentando en diversos puntos para disfrutar de las cautivadoras y espectaculares vistas.
En la esquina Norte de la fachada interior apreciamos el monumento el al cura José María Mercado, heroico insurgente que se unió al cura Miguel Hidalgo. Nació en 1781 en El Teul, Zacatecas. Cuando Hidalgo se levanto en armas, el padre Mercado era el cura de Ahualulco, Jalisco. Por ende “Ahualulco de Mercado”. El 13 de noviembre de 1810, Mercado proclamó la Independencia, motivó a varios parroquianos a luchar por la Independencia, y tomaron Tepic y luego San Blas, donde fue derrotado por Nicolás Santo Verdín, y en la retirada baleado, el 31 de enero de 1811.
El asta bandera fue dedicada: “Al Batallón de San Blas”. Batallón de 400 hombres, comandados por el teniente coronel Felipe Santiago Xicoténcatl, quienes la mañana del 13 de septiembre de 1847, combatieron a los invasores del castillo de Chapultepec, invasores dirigidos por el general Pillow. El teniente coronel combatió con valentía hasta morir, al igual que la mayoría de sus soldados, los pocos sobrevivientes se integraron al Batallón número 15.
El 30 de marzo de 1790, Alejandro Malaspina, atisbó desde la corbeta “La Descubierta” la Contaduría, que le pareció un fuerte español, por la imponente construcción y la bandera que lo delataba, su oficial Francisco Xavier de Viana escribió: “El puerto de San Blas es una rada abierta...la villa está situada a un cuarto de legua del arsenal, y a la falda de un elevado peñasco cortado verticalmente, que presenta su cara directamente a la brisa...El pueblo que se encuentra en la Contaduría, se reduce a una porción de chozas... sólo las obras del Rey y algunas otras particulares que son pocas, están fabricadas de cal y canto”.
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